Despertares

Minirelato:

Me levanté aquel día dispuesto a todo. Me duché aún con los ojos a medio abrir y me vestí con mi mejor sonrisa y mi cara de los jueves. El traje planchado me esperaba en el galán de noche y Emma ya se había encargado de seleccionar la camisa y la corbata que mejor conjuntaban con él. Nunca me dejaba que lo hiciera yo, habida cuenta de mi poca destreza combinando telas y colores. Eran muchos los días que sentía no merecer estar con ella. Yo tan mundano, ella tan celestial. Quiero pensar que ella también había cogido cierto cariño a mis torpezas y dejadeces. Después, esos quince minutos para compartir el café recién hecho, quizá un zumo y una tostada…

Era entonces cuando, cada día, aquella sirena comenzaba a plañir con estridencia para devolvernos de una sacudida a la realidad. Rodeado de cientos de reclusos y custodiado por alemanes, nos llevaban a los campos de trabajo un día más. Y ella no estaba.

Me podían quitar la libertad pero no me podían privar de los despertares con mi amada.


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