Descansa en paz abuelo

Mi abuelo al fin nos dejó.

No se si estamos aquí para cumplir algún tipo de misión, o si simplemente estamos aquí, no tengo forma de saberlo, pero lo que sí se es que en cualquiera de los casos, mi abuelo aprovechó su estancia y hasta debió gustarle porque pensó que no quería quedarse sólo 70 u 80 años, sino 102. Si, 102 años tenía cuando falleció hace tan sólo unas semanas. Los cumplió el pasado 24 de Marzo. Tal vez cuando contaba 80 años aún no había terminado su misión y sintió la necesidad de quedarse por aquí "un poco" más, sea como fuere, siempre fue un ejemplo a seguir para todos los que le hemos tenido cerca. No porque haya hecho grandes cosas, o sí, pero más bien por la infinidad de pequeñas cosas que hizo, y por el simple hecho de criar una familia como la que crió, y por resistir con encomiable entereza a todo lo que la vida te depara a lo largo de esa enorme cantidad de años, y por sufrir la pérdida de su mujer hace ya bastantes años y no caer en la tentación de dejarse ir con ella...

Y durante los 100 primeros de esos 102 años mi abuelo, Manuel Mateos, gozó de una salud envidiable. Era, sin lugar a dudas, un claro ejemplo de cómo la vitalidad, la energía, la actividad y el espíritu positivo pueden "convencer" al organismo de que no hay porque echarse a perder desde los 60, los 70 o los 80...no, que aún puedes vivir 20, 30  años más -si quieres- y, lo que es más, disfrutarlos. Y él así lo hizo. Aún tengo en mi memoria la imagen de el abuelo bailando con toda la familia en la fiesta que le hicimos en su 100 cumpleaños, con su sempiterno traje y corbata, y su teléfono móvil siempre encima. Y hasta ese momento mi abuelo fue de esas personas que son capaces de hacer de todo, y que además intentan hacerlo todo. Cocinaba, remendaba, arreglaba cosas, confeccionaba mantas, cojines, fundas y cualquier cosa que se te pudiera ocurrir. Jajaja, en casa todos los cojines con los que hacíamos las batallitas cuando no estaba mamá tenían su sello inconfundible: esas fundas de pelo con estampados tan curiosos...Y nunca olvidaré la funda de sky (¿se escribe así?) que hizo para mi primera raqueta de tenis :) 
A veces mi madre nos mandaba a comer a su casa -nosotros vivíamos en un cuarto piso y él en el tercero- y no sabíamos de qué manera siempre conseguía nuevos platos a partir de los platos de los días anteriores: "¿es esto una tortilla de espárragos? mmmm, no, más bien es una tortilla con las judías verdes que sobraron ayer". Para él, eso de tirar las cosas no solía ser una opción, y menos la comida.

Aquel momento de la fiesta de su 100 cumpleaños fue un punto de inflexión, como si hubiera atravesado la cinta de la línea de meta. Había acabado la carrera, la super maratón en este caso, y ahora lo que él quería era descansar. Que se lo había ganado! Todos los achaques que parecían haberle evitado años atrás empezaron a acosarle, a ajarle y a precipitar sus ganas de irse. Él hubiera preferido hacerlo con elegancia justo tras la carrera, justo en el cénit, en el momento álgido, y no tener que convalecer de tan penosas "agujetas" durante más de 2 años, pero no siempre las cosas son como uno quiere, y menos si de lo que hablamos es de los caprichosos designios de la muerte. Así que entre enfermedades, medicamentos y operaciones de cadera esa enorme vitalidad suya se fue apagando como lo hace la luz roja de un indicador de batería cuando a esta ya no le queda más energía dentro...Mi padre me contó que sus últimos días al menos fueron sin dolor, que tenía la mente lúcida, se acordaba de todo y bromeaba mucho. Me alegré mucho de que fuera así.

Ya pasó, por fin puede descansar, que se lo ha ganado...Descansa en paz abuelo

2 comentarios:

  1. Que xulas estas palabras, seguro que tu abuelo allí donde le haya tocado ir, estará muy orgulloso de ti.
    Siento que le tocará su fin, pero con esa edad creo que él tuvo tiempo para muchas cosas.

    Un besote xiquitin y un abrazoteee

    Belén

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  2. Dicen que sólo se muere del todo cuando muere la última persona que te recuerda.

    Seguro que los 102 años de tu abuelo han servido para dejar vivo su recuerdo en mucha gente que le apreciaba y quería.

    Un beso.

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