"Diálogos allenígenas" (I)


- ¿Qué? ¿cómo vas de lo tuyo?

- Ah, mucho mejor, hace ya bastante que no tengo pesadillas con aquella cocinera oronda del este de Viena que me quiere cocinar para servirme con una guarnición de brócoli.

- Menos mal, el brócoli es odioso. Siempre he pensado que los alienígenas se introdujeron entre nosotros tomando esa forma. Así que ya estás mejor ¿no?

- Si. Sin embargo, ahora tengo pesadillas con un enano que me persigue para intentar venderme un seguro del hogar, allá en Stuttgart.

- Te entiendo. Yo tuve un sueño parecido hace unas semanas, sólo que en mi caso el enano vendedor de seguros era yo. Mi psicólogo me dijo que no le diera importancia mientras alcanzara la cifra de ventas.

- Ya, pero lo mío es más kafkiano sin duda.

- No se, mira que el otro día en intentaba venderle un seguro al mismo Kafka. Resulta que se había mudado con su hermana y su cuñado a Stuttgart y necesitaban un seguro de casa que cubriera las inseguridades del hombre.

- Qué iluso.

- Para nada, es la última novedad que hemos incorporado. Además de los nuevos seguros para la insoportable levedad del ser. Un bombazo.

- Si llego a saber de esa oferta no le hubiera pegado aquél puntapié al enano. No volví a verle.

- Te lo miraría yo, pero es que justo vengo de dimitir ahora mismo.

- Vaya! ¿Y a qué te vas a dedicar ahora?

- Había pensado en suicidarme por el método de pasar mucho rato cerca de un visitador comercial. Pero al venir para acá he visto que había vacantes para el puesto de doblador sustituto de clips de oficina. Y no lo he dudado un instante.

- Un puestazo. Enhorabuena.

- Si, con suerte el doblador titular se clava algún clip y le dan baja por inestabilidad emocional.

[to be continued...]



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