Mi mapa del mundo

La que se avecina. Lo que mola ahora es ser borde, que todo te parezca mal, meterte con la gente por sistema, ya sea con tus propios amigos, y no te digo ya con los que no lo son. ¿Entonces que pasa cuando estás mal? No se te ocurra acudir a tus "colegas", si estás de mal humor o deprimido mejor quédate en casa y no amargues a los demás. Si tienes un problema mejor guárdatelo para ti, que problemas tenemos todos. Es más, haz la prueba, intenta contarle un problema a alguien, y cuenta el tiempo que pasa hasta que tu interlocutor redirija la conversación a sus propios problemas...¿cuánto? ¿30 segundos? no está mal.

No hago más que defender la condición humana, soy filántropo por naturaleza -hay quien diría idealista-. Pero estoy llegando al punto de no creermelo, por lo menos no de forma incondicional. Voy a empezar a demandar evidencias antes de confiar a ciegas en la bondad de mis semejantes. O en la mia propia.

Un amigo mío dice que ningún acto, absolutamente ninguno, puede ser completamente altruista. Efectivamente, cualquier acto humano lo puedes interpretar desde su lado egoista. Cuando ayudo a otra persona ¿lo hago por esa persona o por sentirme bien conmigo mismo? Cuando hago un donativo ¿lo hago por la causa o para luego decir que soy solidario y hago donativos?
Es verdad, el ser humano busca en mayor o menor medida el reconocimiento y la autosatisfacción, pero aún con ello yo SÍ quiero considerar que los actos pueden ser altruistas. Quizá no en términos absolutos, pero para mí lo son cuando su objetivo primigenio lo es, es decir, cuando los hacemos pensando en algo o en alguien, aunque como consecuencia salgamos reforzados en nuestra propia estima.

"Hasta el más estupido busca beneficio en sus actos."

De un tiempo a esta parte me estoy volviendo escéptico respecto a este tipo de cosas. No se si soy yo, la edad, mi entorno o el calentamiento global, pero es así. Y me da pena, porque me gustaba más ser ingenuo y confiado, me caía mejor a mi mismo. Ahora me pongo a la defensiva a las primeras de cambio y el valor umbral de mi paciencia ha bajado de forma alarmante. Lo más fácil sería pensar que es por mi entorno, que la gente que me rodea cada vez piensa más en lo suyo; claro, siempre es más sencillo echar balones fuera y quitarse la culpa de encima como el que se sacude la caspa de los hombros. Pero tampoco me importa tanto de qué o de quién sea la culpa, lo que me preocupa es que parece que esto va a más.

Todos pisamos el mismo suelo y vemos el mismo sol, pero cada uno confeccionamos nuestro propio "mapa del mundo", nuestra propia representación de esa realidad, y que todo lo que vemos, oímos y sentimos lo pasamos por nuestro filtro y lo hacemos nuestro. Es lógico, puesto que es así como funciona la mente humana. El territorio es el mismo, pero el mapa es distinto en cada persona. Y cuando interactuamos los unos con los otros lo hacemos desde nuestro mapa, por eso muchas veces parece que nada coincide.

"El mapa no es el territorio, del mismo modo que la receta no es la comida."

Si no nos esforzamos todos un poco llegará un momento que no haya intersecciones (zonas comunes o de coincidencia) entre todos esos "sistemas representacionales", y seremos un montón de entes que sólo comparten vivencias superficiales. Pero ¿en qué nos tenemos que esforzar? Pues primero en aceptar que esto es así, pues creo que la mayoría ni siquiera son conscientes de ello y van por ahí dando por sentado que su realidad es la que vale. Por eso se oyen con frecuencia expresiones del tipo

"No tiene razón. Yo se que esto es así." (y digo yo: "¿Cómo lo sabes?")
"Yo se lo que le pasa." (¿Cómo lo sabes?)
"Es que no me entiende." (¿No será que lo que para tí está claro en tu mapa de la realidad no es igual en el de tu interlocutor?)

Una vez que aceptemos que nuestra realidad subjetiva sólo es real para nosotros mismos, tendremos que esforzarnos en convivir y aceptar las realidades de los demás, empatizar con ellas e incluso tratar de hacerlas nuestras, al menos cuando interactuemos unos con otros.

Diríase que el quid de la cuestión no es sino aplicar aquello que llamamos "sentido común", pero también es verdad que el sentido común es el menos común de los sentidos.


3 comentarios:

  1. Supongo que es inevitable perder parte de nuestra ingenuidad y nuestra confianza; pero sin embargo podemos mantener nuestra bondad y sobre todo, al niño que llevamos dentro. Los valores que nos definen tan sólo los elegimos nosotros. Perdí algo de mi ingenuidad; sí, mucha; pero a cambio soy más serena, y si me miro “ese niño que llevo dentro” el está orgulloso de quien soy, no se avergüenza de mi. He “crecido” en línea con lo que mi “esencia infantil” quería. Ese es mi valor, ser consecuente con mis sueños e ideales. Y me ha merecido la pena.

    Tienes mucha razón cuando hablas de la bordería, falta de comprensión, realidad relativa...,

    Y lo cierto es que nos han educado – y llevan años haciéndolo así- para buscar las diferencias entre nosotros ¿cuál es tu valor diferenciador? y el defecto en el otro. Una educación diferenciadora y competitiva. No nos han potenciado el buscar coincidencias o valores;

    Aprendemos matemáticas, biología, idiomas, historia... pero nadie nos enseña como entender a los demás ni siquiera como entendernos a nosotros mismos... antiguamente en las culturas había una serie de valores de cercanía y comprensión que se iban pasando de generación en generación... ahora aprendemos a ser competitivos, a aparentar serenidad, equilibrio, felicididad, a ser luchadores... una fachada estupenda.

    Pero aun así está en nosotros el pararnos y decidir qué valores fundamentales queremos que nos identifiquen en esta vida; y luego rodearnos de personas que tengan unos valores complementarios a los nuestros o valores que nos gusten. También depende de nosotros el decir qué es lo que esperamos de los demás.

    Pero primero tenemos que saber quién somos y qué queremos, para saber con quién y cómo nos queremos relacionar con los demás. Si entre los valores que tenemos nosotros y los que perciben los demás hay diferencias significativas... seguramente no nos sentimos comprendidos... pero tal vez, la falta de comprensión esté en nosotros mismos.


    En esta sociedad del líder, el proactivo, el gritón, y el ombligo, no hemos aprendido a escuchar, pero no creo que decirlo y quejarse sea todo lo que podemos hacer, qué tal si miramos a alguien a los ojos y le decimos lo que queremos, lo que es importante para nosotros y por qué? Puede que nos llevemos una sorpresa y que estemos dándonos y dando la oportunidad de aprender a hacerlo.
    Churro mental del miércoles.

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  2. Hola!
    ya me imagino quien eres ;)
    Sobre todo gracias por tomarte la molestia de leer mi entrada. Me ha parecido muy acertado todo lo que has dicho. Quizá mi única puntualización sea sobre eso que dices de que "has crecido en línea con tu esencia infantil"...yo creo que el niño interior, como niño que es, no sabe de esas cosas, es decir, que dejarlo salir (no siempre, a ratos) significa desentenderse de todo, actuar por impulsos y sensaciones, sentir y vivir de la forma más primigenia, y luego cuando toque lo escondemos otra vez y volvemos a ser los seres adultos, maduros y responsables que se asume que somos :)
    Un beso!!!

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  3. Bueno, realmente yo lo que hice hace mucho tiempo fue preguntarme:

    esa niña que un día fui, esa niña que creía en el príncipe azul, la paz mundial, comida para todos, todos somos buenos, esa niña que creció llena de ideales y fantasías, ¿qué pensaría ella de mi ahora? ¿Qué pensaría de lo que finalmente he querido en la vida, de lo que finalmente he hecho por ser consecuente con mis ideales? ¿es verdad que no he vendido mi integridad por un puñado de dinero?, ¿he hecho lo que esperaban los demás o lo que esperaba yo?.... y después de esas preguntas y algunas más, mi niña sonrió... estoy en línea con su esencia; y me ha dado algún que otro problema, pero estoy en línea. No he sido perfecta, pero a grandes rasgos mi niña no se avergüenza de la adulta que soy ahora, y como adulta que soy, sé que la niña no dirige mi vida –gracias a Dios-, pero me hace feliz saber que le gusto.
    :)

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